Heliana: flores de fuego
Cuando me compre mi primera cámara, era de segunda mano por supuesto, me regalaron un rollo para probarla. Creo recordar que de camino a casa me encontré con Heliana, la convencí de que fuera mi modelo y compre un corazón en la Placita de las Flores. Sí, así es Medellín, trip, trip, trip…
Llegamos al cuarto que alquilaba en una casona, junto a un gran cine abandonado, le pinte el cuerpo y tome las fotos. Heliana fue muy paciente y se lo agradezco porque me tome mucho tiempo para cada foto. Cuando las vi reveladas me enamore de mi cámara, mi vieja e imperfecta Zenit EM.