En estos días en los que tenemos aplicaciones como Instagram o los equipos como la LOMO LC-A, estamos acostumbrados a ese estilo saturado, granuloso y contrastado que tanto divierte a los internautas. Pero hace 14 años la verdad es que no.
Por fotos como esta es que extraño las cámaras de película, ahora las llaman análogas por contraste a las digitales, te permiten jugar con los fallos y lograr efectos sorprendentes. En las maquinas digitales transgredir los limites suele resultar en ruido.
La etapa que viví en EUA fue una de las más pobres de mi faceta artística. Y es que allá estás todo el tiempo bajo presión, todo la gente está asustada, les da un miedo terrible salirse del manual, de las reglas impuestas por su cultura. El collage que podéis ver sobre estas lineas es una de las pocas obras que cree en esa época.