Hace muchísimos años tuve un sueño muy especial, más bien parecido a una “revelación”, en el se presentaba ante mi un ángel portando un mensaje. Las dos cosas que más me impactaron del sueño fueron la apariencia del ángel en sí y la forma del mensaje.
El mensajero sueña un niño, yo acuno uno en mis brazos, mientras el universo se consume a si mismo en derredor.
A medida que la Medellín del siglo XXI se abría paso engullendo casas y palacios, yo hacia de hiena aprovechando los despojos para mis festines fotográficos. La hierática modelo de esta foto es Eliana, quien colaboro conmigo un tiempo muy corto pero que produjo algunas de mis mejores fotos.