Rayuela
Como la novela de Cortázar, nuestra vida es un juego de saltos entre capítulos. Ahora reímos con nuestros amigos, saltamos y lloramos con nuestra pareja, saltamos para gritarle a un familiar que nos ha traicionado. El chiste es sabes donde saltar a continuación. Si elegimos bien tendremos un final lindo para todos, pero si tropezamos todo se vuelve tan impredecible.
En la foto tenemos a Mateo, el hijo de un amigo, jugando en la rayuela que pintó junto a su padre en medio de las ruinas de una fabrica en el corazón de Medellín.