Eliana: Una
Con la fotografía se pueden lograr un montón de cosas maravillosas, la que personalmente me gusta más es el poder de capturar pensamientos. Cuando tu modelo se relaja y acepta la cámara como un elemento más de su entorno, olvidándose de tu existencia, fundiendo al fotógrafo con su maquina, entonces se libera y puedes atrapar pequeñas porciones de su alma. Aquí Eliana nos regala un poquito de su ser.
Cerca del medio día el cuervo cruzaba el portal de la primera ciudad. La gente corría aullando y manoteando el aire, tratando de espantar cada uno de su propio cuerpo, cerraban los ojos tan fuerte que sus rostros se surcaban de venas brotadas y arrugas.
Síssi avanzaba detrás del cuervo, a unos diez metros de distancia, junto a ella dando trompicones iba Coridon, sudoroso y despeinado. Ella caminaba sin levantar polvo, etérea como siempre, con esa inquietante mirada de interrogación y sin sentido.