Mi antigua habitación

/ abril 23, 2012/ Blog, Fotografía, Pintura

Parte del mural en mi cuarto de la Bravancia.

Parte del mural en mi cuarto de la Bravancia.

La última vez que tuve una habitación realmente mía fue cuando viví en la Bravancia en Medellín. De eso hace ya unos 20 años. Cuando digo mía me refiero en una casa que pertenezca a mi familia, aparte de no compartir la habitación con nadie más. Después de eso me he movido tanto de un lugar a otro que nunca he vuelto a tener una habitación verdaderamente mía.

Puesto que era mi pequeño reino la llene de las cosas que me gustaban y traían buenos recuerdos. Mi guitarra, que nunca aprendí a tocar bien, mis discos, mi camiseta del bachillerato, murió en una inundación R.I.P., mi reloj de péndulo (¿dónde estará?), mi maleta vieja, etc., y por supuesto, mi enorme mural.

Parte del mural en mi cuarto de la Bravancia.

Parte del mural en mi cuarto de la Bravancia.

En esa época me gustaba mucho los grupos de rock progresivo, no sólo su música también las carátulas de los discos de vinilo. Pink Floyd, Yes o Marillion eran los grupos cuyas carátulas más capturaban mis fantasías.

Así que un día, mientras fantaseaba tumbado en mi cama estilo “japones”, siempre tiendo a dormir a ras del suelo, me puse a dibujar algo en la pared de mi cuarto. Empezó pequeño pero al poco ya había planeado como iba a ser todo el mural. Trozos de las carátulas preferidas combinados con mis propios símbolos, como el ángel portador, y en el centro un hada azul.

El hada estaba basada en la cantante de Transvision Vamp, Wendy James, que en aquella época me parecía una criatura angelical. Aun no llegaba mi etapa Siouxsie. A los Vamps los conocí gracias a un programa de vídeo clips que daban los jueves a media noche en un canal de Venezuela. Era realmente un buen programa pero el horario era mortal para el joven yo de esa época.

Parte del mural en mi cuarto de la Bravancia.

Parte de mi cuarto.

El mural me costo como una semana terminarlo. Use lápiz y carboncillo para hacerlo, simplemente porque me gustaba como se veía así. El hada la dibuje en azul por la misma razón. Podéis ver un boceto del hada en la foto de la derecha.

Lastima que un día la habitación dejo de ser mía, junto con el resto de la casa y tuve que ver como mi mural era cubierto por vulgar pintura color hueso.

Del mural solamente sobreviven estas fotos que tome antes de terminarlo y que he adjuntado aquí.

 

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