Esta hermosa foto, con la aun más bella Eliana, es la quinta esencia de lo que me gusta en mis fotografías; Desenfocadas, con encuadres extraños, con una iluminación natural y difícil. Las manchas, el polvo y los arañazos también son bienvenidos.
Os dejo una foto, de cuando estrenaba mi cámara, con la hermosa Heliana y luego un segmento de una de mis historias.
En aquella época vivía yo en Medellín en una habitación rentada, en una enorme casona con tres patios. En la casa de al lado vivía una chica muy delicada e introvertida, ella tenía su habitación en el ático y para llegar a ella tenías que subir unas largas, delgadas y fantasmagóricas escaleras de madera.