Siempre he pensado que el fotógrafo puede ser muy técnico, muy limpio, pero la verdadera belleza de la foto está en aquello que se fotografía, ese ser vivo o inanimado al que dedicas una captura.
Al acercarse el final de la sesión en Metrópolis con este maravilloso grupo de chicas, las dejamos a su aire, que hicieran lo que se les antojase. Así conseguí esta simpática foto.
Esta es la misma fotografía que en Las Euménides I, sólo que con un poco de la magia de GIMP FX Foundry.