Esta es una de mis fotografías favoritas de entre todas las que conforman mi trabajo. También en ella está mi modelo más querida, Tatiana. Una chica que siempre supo sintonizar con lo que yo buscaba de cada foto. La belleza de Ruth y de Tatiana es especial, dura y pura a la vez. Todo esto sumado a la confianza que proyectan la una en la otra, dan a esta fotografía un alma única.
Una preciosa cámara de colección y un poema, a cual más antiguo. Espero que los disfrutéis por igual.
Con Ximena me cruce muchas veces en la U. de A., en Medellín, antes de que nos habláramos. Lo que siempre me impresiono de ella era su mirada. Toda ella era hermosa pero sus ojos eran capaces de dejarte ensimismado.