Dado por muerto
Un 24 de diciembre llegue a la ciudad de Cúcuta, Colombia, con la intención de continuar viaje a Valencia, Venezuela. Tenia poco más de 20 años y era una época en que la Internet y la telefonía móvil eran una rareza de revistas tecnológicas. Llegue con mi viejo maletón de cuero lleno de rotos a la terminal de autobuses y me plante en medio de las escaleras principales a esperar a mi papá.
Pero mi padre nunca llego.
Cuando ya empezaba a ser de noche un guarda de la terminal se acerco a mi indicándome que esas calles se volvían muy peligrosas y me acompaño a un hotel barato cercano al lugar. Este lugar que me recordaba mucho a un hospital psiquiátrico de película de serie B me acogió para celebrar ese extraño 24 de diciembre.
Como no tenia cena que celebrar ni amigos a los que visitar me puse a hacer fotos.