La casa tomada
Una cosa que extraño de la fotografía en película es su capacidad de adaptarse a las condiciones lumínicas, con un poco de paciencia y esfuerzo por parte del fotógrafo, eso sí. Esta fotografía la tome en plena noche mientras paseaba con Hugo Gris y un grupo de amigos por Medellín.
En el verano de 1922 sufrí una serie de sueños, digo sufrí porque para algunos estas vivencias nocturnas serian mas parecidas a una pesadilla, o al menos a una visión, que a un sueño propiamente dicho. Esto fue así durante 14 días, solo recordaba fragmentos al despertar, los cuales no me eran especialmente desagradables pero me dejaban inquieto varias horas en la mañana – cabe anotar que no recordaba nada al respecto a la hora de acostarme. Luego vinieron 7 días en los cuales la estructura onírica se fue completando hasta llegar a cuajar por completo el día 22 de todo éste ciclo.
Este manuscrito relata todo lo que viví durante los 7 días anteriores al día 22, trata también de lo que me fue revelado la última noche y del hallazgo enormemente valioso que lograría después.