La casa tomada

/ noviembre 1, 2012/ Fotografía, Literatura

Una cosa que extraño de la fotografía en película es su capacidad de adaptarse a las condiciones lumínicas, con un poco de paciencia y esfuerzo por parte del fotógrafo, eso sí. Esta fotografía la tome en plena noche mientras paseaba con Hugo Gris y un grupo de amigos por Medellín.

 

Árbol co P3 X1 niba

Árbol co P3 X1 niba

 

En el verano de 1922 sufrí una serie de sueños, digo sufrí porque para algunos estas vivencias nocturnas serian mas parecidas a una pesadilla, o al menos a una visión, que a un sueño propiamente dicho. Esto fue así durante 14 días, solo recordaba fragmentos al despertar, los cuales no me eran especialmente desagradables pero me dejaban inquieto varias horas en la mañana – cabe anotar que no recordaba nada al respecto a la hora de acostarme. Luego vinieron 7 días en los cuales la estructura onírica se fue completando hasta llegar a cuajar por completo el día 22 de todo éste ciclo.

Este manuscrito relata todo lo que viví durante los 7 días anteriores al día 22, trata también de lo que me fue revelado la última noche y del hallazgo enormemente valioso que lograría después.

 

 

Compartir esta entrada